“Lectoras” de la escritora argentina Milagros Pochat, es un viaje literario fascinante que explora el poder de la lectura y la influencia de los libros en nuestras vidas. En sus páginas, Pochat nos invita a reflexionar sobre cómo la literatura puede ser un refugio, una terapia, y a veces, un acto de resistencia frente a las turbulencias de la vida cotidiana.
Por Andrea Baez
El libro es un cuaderno de bocetos, de notas aisladas, un recorrido de una artista hacia su primera muestra individual en la que retrata a veintidós mujeres leyendo y pinta, por primera vez, su autorretrato pero la trama de gira en torno a un grupo de mujeres que, a través de la lectura, encuentran una forma de reconstruir su identidad, de descubrirse a sí mismas y de comprender el mundo que las rodea.
Uno de los grandes aciertos de Pochat es su capacidad para transmitir el acto de leer como un fenómeno transformador. “Leer es un acto de vida. Un paréntesis que te salva”. Esta frase encapsula, en parte, la esencia del libro: la lectura no solo nos permite escapar de la realidad, sino que nos ofrece una nueva forma de ver y vivir en ella.
El sentimiento que deja Lectoras al lector es profundo y multifacético. Es un libro que invita a la reflexión, que nos recuerda lo poderosas que pueden ser las palabras, cómo estas pueden darnos consuelo y claridad, pero también cómo pueden desnudarnos y exponernos a nuestras vulnerabilidades. Las preguntas que se hace la autora sobre su camino como artista, su vulnerabilidad, sus inspiraciones, su pasar por el taller, los libros que lee y las mujeres que retrata leyendo.
En cada página, nos invita a repensar nuestras propias historias con los libros. A cuestionar nuestra relación con la literatura y con nosotras mismas. ¿Cuántos libros hemos leído que nos han cambiado, que nos han hecho sentir menos solas? ¿Cuántas veces un libro ha sido ese refugio seguro al que volvemos cuando el mundo parece demasiado grande o demasiado caótico?
Lectoras no solo es una novela sobre mujeres y libros; es un homenaje a la literatura como medio para el autoconocimiento y la liberación.
Al terminar la novela, es imposible no quedar con la sensación de haber sido parte de un ritual compartido, un acto de lectura colectiva que, más allá de las páginas, se extiende a nuestras propias vidas. Lectoras nos deja una enseñanza vital: la literatura es un refugio, pero también un espejo, un lugar donde la identidad se encuentra, se fragmenta y se reconfigura.
En resumen, Lectoras es un libro que no solo se disfruta, sino que se vive. Es una invitación a encontrar en los libros, en el arte, una respuesta a las preguntas que nos atraviesan, y a recordar que, a veces, las historias de los otros pueden ser las que finalmente nos ayuden a comprender las nuestras.
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