Decimos adiós 2024 con un poco de instrospección y unos consejitos para mejorar que nunca vienen vienen mal.
Por Belén Puigbó.
Queridos Astroamigos:
Adiós al 2024. Primero, quiero agradecerles por haberme leído este año, disfruté muchísimo escribir para esta revista hermosa llena de gente talentosa.
Segundo, quiero hacer un cierre astrológico. Este 2024 estuvo marcado por sucesos que cerraban ciclos, como por ejemplo Plutón saliendo de capricornio para emprender un viaje extenso por acuario. Esto nos obliga a vivir cambios radicales que se verán en la sociedad y que, por consiguiente, se verán en nosotros mismos.
No analicen mucho lo que está por venir, al menos no por ahora. Marte está retrogradando en leo y no necesitamos más drama en la cabeza. Necesitamos empezar el año livianos dentro de lo que se pueda. Por eso, me gustaría compartirles uno de mis últimos aprendizajes, si viene una emoción déjenla que fluya, es agua, viene a purificarnos, pero para que haga su trabajo debemos darle el espacio. Las emociones no vienen a ser comprendidas, no quieren que les pongas etiquetas. Porque cuando caes en esa, te armás historias en base a ese sentimiento con tal de darle un por qué. Es ahí donde inician las espirales mentales que no nos sirven para nada y solo hacen más daño. Honren esa emoción, siéntala, agradezcan que son seres sintientes y continúen su camino.
Por último, les propongo un ejercicio para iniciar el camino de materializar sus metas o deseos. En un cuadernito, escriban por 21 días sus sueños, que sea todo en tiempo presente, así pueden hacerse la idea de que eso está sucediendo y poder actuar en consecuencia a lo que desean. La magia existe, sí, pero hay que ayudarla un poquito.
Gracias de nuevo.
Que tengan un inicio poderoso.
Abrazo de estrellas.
Beli.
