“Beekeeper” está dirigido por David Ayer, cuyo trabajo se destacó en películas del mismo género como “El Escuadrón Suicida” y “Fury”. El estreno oficial en los cines nacionales es este 11 de enero.
Por Bianca Medici.
Los Beekeepers son un programa especial inherente a toda organización policial o de seguridad, cuyos miembros trabajan sin piedad en las emergencias nacionales más extremas. Toman el mando cuando la policía, el FBI y la CIA no lo hacen.
Nuestro protagonista, Adam Clay, es un Beekeper retirado que decide vengarse de quienes mataron a su gente, su colmena, y que descubre en el proceso una conspiración en los niveles más altos del gobierno, la cual va a tener que combatir y terminar por su propia mano ¿Lo va a conseguir o va a morir en el intento?
Antes de ver esta película es importante que sepas que su clasificación es para mayores de 16 años o en todo caso de ese edad y acompañados por un adulto, dado que contiene escenas de violencia pesadas, que incluyen mutilaciones, sucidio y muertes sangrientas.
A primera vista y a partir del tráiler, la promesa y premisa de la película resulta muy similar y de un estilo parecido a las ya vistas en la exitosa franquicia de John Wick, que dejó la vara alta tras su cuarta entrega de la mano de Keanu Reeves (otro actor muy reconocido en el género de acción por su actuación en las icónicas películas de Matrix).
Si bien es cierto que, si viste John Wick, seguro esta película sea una recomendación positiva, tiene su propio toque y esencia. Mientras que en el filme mencionado el motivo del personaje principal es su propio dolor, que en cierto modo resulta justo pero egoísta al mismo tiempo, en “Beekeeper” el “motorcito” (como diría el Dibu) de Clay, el protagonista, es fundamentalmente el dolor ajeno.
Por supuesto que el dolor de él mismo lo motiva, sin embargo, el enfoque del personaje es distinto. Y en este caso no se trata de la pérdida de un perro, sino de un humano con el cual la audiencia es muy probable que llegue a empatizar desde otro lado. Es decir, no debido a la ternura o pena, sino que por el sentimiento de perder a un familiar cercano.
Incluso el mismo concepto de los “Beekeepers” como un programa especial que actúa en emergencias nacionales se aleja del típico cliché de sicario. Aun así, la mafia siempre está presente, solo que esta vez los guionistas decidieron apuntar más alto: a la estafa y a la corrupción dentro de los organismos más elevados del gobierno. Este es el primer componente ambicioso que tiene.
También, el inicio es una situación muy real y verosímil, que posibilita conectar desde el momento cero con los personajes y la historia. Es decir, le podría pasar (o haber pasado) a cualquiera de los espectadores, ya que se trata de una estafa vía Internet. Sumado a una presentación con una agradable estética repleta de miel y abejas y tonalidades amarillentas bien combinadas, es un comienzo con potencial.
Cabe destacar que Jason Statham tiene un gran papel durante toda la película, pero, aun así, también destacan las participaciones de un elenco con experiencia previa en esta clase de películas como Josh Hutcherson, actor partícipe de la saga de “Los Juegos del hambre” y recientemente también de “Five Nights At Freddy´s”, y Emmy Raver Lampman, actriz de la famosa serie de Netflix “Umbrella Academy”.
Sus roles juegan otros papeles relevantes e interesantes, que agregan diversos matices a la película. Nos permite ver no solo la perspectiva del protagonista que busca venganza a toda costa (como si ocurre con John Wick), sino que también apela a la parte humana de la hija de la víctima que es policía del FBI y tiene sus propias formas de pensar y al antagonista extravagantemente rico y estafador, sobreprotegido por su madre.
Esta combinación de puntos de vista diversificados vuelve la película más compleja y al mismo tiempo, mucho más entretenida. Sobre todo, en los paralelismos utilizados durante las escenas de acción que predominan en el final y llegan a su clímax. Lo único extraño de ese cierre es que el último desafío del protagonista es un personaje que aparece recién en la recta final. Pareciese “sacado de debajo de la manga”.
Ahora, más allá de reconocer la gran producción, hablemos del elefante en la habitación: de lo ambiciosa que es la propuesta. Al salir de la sala de cine probablemente sientas que la extensión de la película fue de dos horas seguro, pero dura una hora y cuarenta y cinco minutos ¿Por qué? ¿Cómo es posible este suceso?
La película pretende dar mucha información en poco tiempo, por ende, exige que estés pendiente escena tras escena y que tengas el mismo sentimiento de tensión y sed de venganza que el protagonista. Y cuando termina, queda la sensación de haber estado mirando la gran pantalla del cine por más tiempo.
Esto puede ser un punto tanto negativo como positivo, puede ser agobiante o atrapante según la perspectiva de cada espectador. Esto es a elección del consumidor.
Sucede algo similar con las escenas de acción, ya que se nota el trabajo que hay detrás y a la vez, la crudeza de las imágenes puede ser impactante cuando se trata de mutilaciones, quemados vivos, etc. Es una experiencia más recomendable para aquellos fanáticos del cine acostumbrados a la violencia y desensibilizados a ella. También hay que tener en cuenta que se trata de pura ficción y que muchos de los hechos virulentos tienen un toque fantasioso propio de este género.
A pesar de eso, esta película de gran nivel es una promesa importante dentro de los recientes estrenos del cine y, aunque en un principio se toma el título “Beekeeper” o “apicultor” literal, su significado transmuta a medida que avanza. Por ejemplo, cuando una de las abejas decide asesinar al hijo de la reina abeja en caso de salir defectuoso. La analogía con las abejas se torna más personal y humana y la esencia de su mensaje es proteger a la colmena, a los suyos.
Y vos ¿Qué serías capaz de hacer por los tuyos, tu colmena?
