El autor cordobés Federico Falco, finalista por su novela “Los Llanos” en el certamen del Premio Herralde de novela 2020, tiene esa magia descriptiva que combina un registro sensorial con una transmisión emocional que se encuentra muy pocas veces. Es una de esas voces que cuando la encontrás, te quedas un ratito.

En su novela corta de 2011, Cielos de Córdoba, el autor argentino Federico Falco nos lleva a una infancia donde nos cuenta un coming on age preciosa, plagado de particularismos de época, rituales en la naturaleza, primeros encuentros con la sexualidad y una enigmática relación con su padre y su madre (quienes, por otro lado, creen fervientemente en la vida alienígena y a eso le dedican literalmente su vida).
Sin embargo, es su madre, que está internada y no sabemos por qué razón, el centro del enigma o la fuente principal de secretos, tan característica del género de la novela corta. Claro, si nos cuentan absolutamente todo, pasa a ser una novela tradicional. Pero no es solo por una cuestión cuantitativa que Falco usa el recurso de ocultar, de no decir todo, y es justamente para permitir que nos situemos en la intimidad de los personajes de una manera que, al menos para mi, le permitió generar escenas inolvidables. Recomiendo mucho Cielos de Córdoba, pero no me detengo ahí.

El autor cordobés, finalista por su novela, Los Llanos en el certamen del Premio Herralde de novela 2020, tiene esa magia descriptiva que combina un registro sensorial con una transmisión emocional que se encuentra muy pocas veces. Es una de esas voces que cuando la encontrás, te quedas un ratito.
La ya mencionada Los Llanos es una novela, si, al menos en cuanto a lo numérico. Pero no por eso es tradicional. El mismo autor contó una vez que compuso esta obra a partir de diversas anotaciones que escribió en un archivo que al parecer era completamente fragmentario pero que, con el tiempo, demostraron cierta belleza y cierto hilo narrativo. La mayoría de las cosas que aparecen en el libro son apreciaciones sobre el campo y la vida en el campo, episodios de nostalgia, listas de supermercado, listas de acciones para mejorar la salud de una huerta improvisada, y ese poco de drama, de ficción clásica, que siempre resulta bien cuando se trata de un desamor.

Sobre el autor:
Federico Falco (General Cabrera, Córdoba, Argentina, 1977). Ha publicado los libros de cuentos 222 patitos, 00 (ambos en 2004), La hora de los monos (2010) y Un cementerio perfecto (2016), la novela breve Cielos de Córdoba (2011) y el libro de poemas Made in China (2008). En 2010 fue seleccionado por la revista Granta como uno de los mejores narradores jóvenes en español. Actualmente reside en Buenos Aires, donde coordina talleres de escritura y codirige el proyecto editorial Cuentos María Susana.
En conclusión, estas dos novelas ideales para quedarse a vivir por unos meses en tu mesita de luz. No son muy largas, pero sí que tienen esa propensión a volver a tu cabeza una y otra vez, sobre todo cuando te preguntas por qué no puedo sentir el tiempo como se siente en las novelas de Falco.
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