Sofi Cano, cantautora de la zona oeste del conurbano bonaerense, cierra el año con el lanzamiento de “Cenar fideos”, su primer EP. En esta entrevista nos habló, no solo de este proyecto, sino de sus comienzos, la música académica que la cansó, la falta de espacio para las mujeres en la industria y mucho más.
Sofi Cano recibió su primer teclado de muy chica, cuando todavía no sabía ni pronunciarlo bien. De ahí en más empezó una vida ligada a la música y el arte, estimulada mucho por sus padres. Sofi afirma que, aunque no viene de una familia de artistas, sí viene de una familia que adora el arte. Hija de un colectivero que hoy (ya jubilado) da clases de baile en la costa y toca la guitarra como los dioses y una mamá acompañante terapéutica que ahora da sus primeros pasos estudiando teatro. Desde los 15 años, Sofía Cano da vueltas con la música y sus composiciones, cantando en distintos bares y pubs. Empezó con un estilo muy ligado al soul y el RyB que hoy califica de “demasiado pulcro”. Con apenas 23 años, nos presenta “Cenar fideos”, su primer EP, donde decide no solo parodiar un poco ese pasado de música tan correcta, sino que es un homenaje a esa adolescente que fue, con su nostalgia, sus enamoramientos y sus sueños de ser astronauta.
- ¿Hace cuánto que cantás, tocás, estás en la música?
Sofi: Bueno, esas son tres cosas diferentes. Canto desde que soy muy chica porque mi papá es un melómano nato, así como mi familia entera. Siempre me incentivaron mucho, me mandaron a clase de canto apenas vieron que afinaba un poco. Lo disfrutaba mucho, no solo cantar, sino también la performance. Vieron que me gustaban los instrumentos, yo quería el “titin”, que así le decía al teclado. Primero me dieron uno de juguete, pero después me regalaron uno de verdad que lo tengo hasta ahora. A los quince me regalaron la guitarra, ahí yo abrí un mundo nuevo porque empecé a componer. Una cosa llevó a la otra, en la escuela me empezaron a hacer cantar en los actos. Un día hubo un concurso de talentos organizado por el director del colegio en el teatro de Ituzaingó. Me presenté y toqué un tema de los redondos y otro de Coldplay, fue la primera vez que toqué en vivo. En el teatro de Ituzaingó, lleno de gente. Mi papá, sobre todo, empezó a conseguirme fechas con conocidos en bares. Y me pagaban, eh. Así que a los 15 yo ya cobraba por tocar y armar shows en los pubs y bares.
- Y con ese laburo ¿ya te considerabas una artista musical de tan joven, y que ibas a dedicarte a eso?
Sofi: Es complejo. De hecho, una de mis próximas canciones se llama “Astronauta” y habla de cómo, cuando era chica, desde los 12 hasta los 18 más o menos, yo estaba obsesionada con la ciencia y quería ser astronauta. Me quería dedicar a la ciencia y a la investigación. Pero no me daba cuenta de que era sedienta del arte. Amo escribir y tengo mis poemarios que nunca le mostré a nadie. Amo la fotografía, hacía y editaba videos desde muy chica. Me llené de arte porque mi familia es muy artística. Ellos no se dedican al arte, pero son artistas de la vida, me enseñaron a ver la vida con belleza.
- ¿Por qué cantás y para qué o para quién son tus letras?
Sofi: Eso fue mutando con el tiempo, la verdad ¿Para qué canto? Creo que siempre fue una necesidad. Soy una persona muy sensible y con mucha carga emocional. Creo que la música me ayudó a regular y entender lo que me pasaba. En un principio hacía música por curiosidad porque soy curiosa, inquieta e hiperactiva ¿Qué hacés con todo eso? Descubrí que con la música podía conocer una parte de mí con la que no podía comunicarme de otra forma. Después, al empezar a tocar instrumentos, al estar en la comunidad; fui teniendo una visión de la música un poco más profesional. Descubrí que es un arte comunicar también en la música. Cambié mi forma de componer, en hacer música que no entendamos solo mi mamá y yo. Algo que vaya al grano, que comunique algo que todo el mundo pueda entender. La música ermitaña la sigo haciendo, pero este año empecé a hacer algo más abierto al mundo, no tan solo a mí y a mi habitación.
- ¿Considerás que tu música es muy personal?
Sofi: Lo que venía haciendo, sí. Todo va a ser siempre personal porque, para inspirarme, tengo que partir de algo que me conmueva. Por más que sea de otro tiene que conmoverme personalmente. Pero, últimamente, y sobre todo con mi nuevo EP, tengo la necesidad de hacer algo que le abra las puertas a los demás a conectar conmigo.
- Sé que para un músico esta es una pregunta molesta, pero ¿podrías clasificarte a vos o a tu música? Es decir, ponerte alguna o algunas etiquetas.
Sofi: Es interesante porque la pregunta me permite contar un poco más sobre mi proyecto. Yo he ido por muchos géneros, porque creo que de todo puedo tomar algo, y creo que todo va cambiando. De chica hacía algo más melódico, como una especie de pop melódico de cantautor. Después me empezó a gustar el jazz; de hecho, mis profesores de guitarra me hacían escuchar jazz y empecé a curtir eso. Pero no dejé de lado lo cancionera que tengo, a mí me gusta la música popular. Mezclé un poco de eso y salió un proyecto donde hacía soul y RyB con varios músicos que estudiaban jazz. Después me encerré e hice música muy introspectiva, escuchaba a Juana Molina y Björk. Como que empecé a hacer música más electrofolk. No me quiero encasillar, hago lo que me nace en el momento, lo que necesito hacer en ese momento.
- Y ahora, en este momento, ¿qué te sale?
Sofi: Ahora lo que voy a sacar es Indie, Indie pop/indie rock; porque estoy en esa de lo simple y de lo concreto. Y me sirvió psicológicamente, todo lo que hice me sirvió personalmente. Cuando hacía soul, funk y RyB estaba en un momento pandémico que necesitaba algo bailable, que me levantara. Estaba encerrada, pero haciendo algo bailable. Cuando me independicé de la casa de mis papás, hice música muy introspectiva porque estaba mucho tiempo sola. Ahora estoy en un momento de disfrutar la vida como si fuera una adolescente, y estoy haciendo música que muchos catalogan de “adolescente” que es el indie. Estoy como reconectando con la niña que no tenía los recursos para grabar. Es volver a los 15 con los Strokes y the Cure, pero con los recursos de una chica adulta.
Para los músicos académicos el indie es una porquería, pero yo le encontré una simpleza que me enamoró. Es una conexión con lo cotidiano, con lo simple, con lo concreto y con la sinceridad más paródica de mí misma
- En el escenario o en el estudio ¿Cuánto hay de personaje y cuánto hay de vos? Porque dijiste que te gustaba actuar cuando cantabas.
Sofi: Yo soy 100% yo siempre, pero uno va sacando parte de uno mismo dependiendo del contexto. No soy necesariamente “eso”, pero siempre soy yo misma. Soy la Sofi que se pone a componer encerrada y la Sofi que se tira en el piso en los shows. La que compone canciones de amor y también canciones de que no quiere laburar más. Soy todo eso y me siento muy yo misma. Cuando estaba en el otro proyecto, que era más pulcro, me sentía bastante personajeada.
- ¿Por qué te sentías así?
Sofi: El Soul y el RyB son géneros muy pulcros y yo nunca me sentí una persona muy pulcra. Yo soy un caos, muy salvaje. Estaba haciendo una música muy “limpia”, me vestía casi de traje. Me sentía un poco incómoda porque no concordaba con mi vida diaria. Dejé de tocar porque cuando me empiezo a sentir incómoda o siento que estoy falseando algo no tengo ningún problema en dejar de hacerlo.
- ¿Qué nos vamos a encontrar en tu primer EP “Cenar fideos”?
Sofi: Se van a encontrar con nostalgia sobre los sueños que tenía y que terminaron desviándose. Está bastante atravesado por el sentimiento de lo doloroso que es ser adulto. El año pasado, cuando compuse esto, me había independizado y fue un golpe bastante fuerte. De hecho, no pude llorar por varios meses. Compuse este EP con la necesidad de, por favor, conectar emocionalmente. Habla solo de lo doloroso que es desidealizar a una persona. Soy muy romántica, a veces la gente encasilla a lo romántico como algo que está lejos de lo profundo, pero para mí tiene todo que ver con lo profundo. Uno, con la capacidad de amar, termina de armar su identidad. Uno no es nada sin el otro. Tuve una época de ser muy enamoradiza e idealizar mucho a la gente, pero siendo adulta cambié un poco mi forma de ver mi relación con las personas, Hablo de la nostalgia de que ya no amo como una adolescente. Lo dejé ir con la canción que se llama “Dos tazas”. “Latte caramelo” sí habla de cuando decidí dar el paso y dejar atrás mis patrones afectivos, de buscar personas que no me elegían, de estar siempre en el pasado. Le escribí un poco a esa gente que busca el amor de una forma nostálgica de algo que no existe.
¿Por qué el nombre “Cenar fideos”?
Sofi: Es una especie de parodia. No me había animado a hacer música tan indie popera y, como me rodeé de gente muy grosa y muy académica, me dio un poco de cosita. Pasa que para los músicos académicos el indie es una porquería, pero yo le encontré una simpleza que me enamoró. Es una conexión con lo cotidiano, con lo simple, con lo concreto y con la sinceridad más paródica de mí misma. Mi proyecto anterior era todo lo contrario a “Cenar fideos”, era todo fineza y pulcritud. Ahora yo me burlo de esa versión mía, dije: “Vamos a mostrarle a la gente cómo somos en la vida diaria”. Soy enamoradiza, nostálgica, romántica, ceno fideos seguido porque me da paja cocinar y compongo desde la habitación comiendo directo de la olla. Así literalmente hice estos temas.
- Es como sacar un poco esa aura del artista creando como una figura grandilocuente creando con su piano de cola ¿no?
Sofi: Claro, no me gusta la idea del músico científico loco, del músico encerrado siempre preparando algo que nadie va a entender. No es así. El músico no es un ser superior a los demás. Estamos acá haciendo algo que nos gusta y nos apasiona y ya. Y cenamos fideos como todo el mundo. Quiero ir en contra de esa noción del artista científico loco porque he conocido colegas con los que me he sentido muy fría. El arte es algo popular, algo que se comparte; hay que cortar con las barreras.
- ¿Es un buen momento para la música argentina?
Sofi: Que pregunta. No es lo mismo si es un buen momento para la industria, si es un buen momento para los músicos o si es un buen momento para la música. Para la industria hay producción en masa y resultado siempre porque las redes hacen las cosas más fáciles. Siempre que haya esa producción en masa va a haber venta y los mismos de siempre que hacen guita están haciendo guita. La industria es capitalismo puro, así que siempre van a encontrar la forma de salir airosos de todo. No sé si es tan buen momento para los músicos. Primero, que es difícil dedicarse a la música, no quiero ir a eso que dije del científico loco, pero la música es muy exigente. Tenés que dedicarle una cantidad de horas demencial y hoy en día ¿quién puede dedicar tantas horas? Los salarios no alcanzan, tenés que trabajar. Muy poca gente puede dedicarle 8 horas a su instrumento. Yo también tengo otro trabajo, me gustaría estar todo el día practicando y mejorando, pero no puedo.
En la música tardas mucho en empezar a ver plata y que te sea redituable. Poca gente puede sostener algo que no le es redituable. En otros momentos, con otros gobiernos, había políticas que ayudaban al artista a desarrollarse, como Martha Argerich, por ejemplo. El gobierno que tenemos ahora no está tan a favor de que el estado ayude a los artistas. Tiene que haber tiempo de inversión, tiene que haber alguien que te apoye si no pueden ser tus padres. Igual soy optimista, creo que los artistas independientes buscan su propio pan. Hay mucha gente que se apoya entre sí y se da los recursos que no tiene el otro. La industria va a crecer con gente ambiciosa, gente con vocación, con amigos que se reúnan. Muchas cosas grandes empezaron con amigos que se reúnen.
No creo que sea necesario hacer música política para hacer algo político. Ni hablar todo el tiempo de eso en las letras de tus canciones para ser alguien político. (…) Me gusta escuchar música con contenido político, no lo hago porque a veces siento que no me sale. Sería forzado para mí hacer ese tipo de canciones, pero siempre hay algo político en lo que hago.
- ¿Hay espacio para artistas nuevos?
Sofi: Es difícil para los artistas nuevos llegar a gente nueva cuando la industria, como por ejemplo Spotify con su maquinaria, ya te dice lo que tenés que escuchar. Ya lo planifica alguien a quien tenés que escuchar. Yo creo que puede cambiar esto si los que estamos fuera de esta torta insistimos en crear cosas nuevas. Hay nuevas aplicaciones, unos amigos tienen una aplicación propia de distribución que se llama Beathey. Están incentivando a los artistas a publicar su música ahí a ver qué pasa. Yo voy a publicar mi música ahí. Aunque todo sea injusto, uno puede ser un loco de mierda e intentar algo diferente. Acá me voy de la razón y caigo en la fe de que la gente con vocación va a crear cosas nuevas y va a intentar tirar las cosas para que los que estamos de este lado podamos subsistir.
- Veo que no te tiembla la voz para posicionarte políticamente, algo que tal vez se puede considerar negativo, como que a la gente le puede molestar y no consumirte ¿lo consideras así?
Sofi: Sí, hay mucha gente que cree eso. Sobre todo, con la política partidaria, es algo bastante taboo. Pero la política es todo, abarca todas las aristas de nuestra vida. Y la música tiene su política, tiene su jerarquía y su lucha de poderes; todos estamos de acuerdo con eso. Creo que es muy importante reflexionar políticamente, pero no tengo una tendencia partidaria. Justamente, porque quiero invitar a todas las personas a pensar en términos de política. Eso te da bastante independencia en la vida. Yo, como artista, quiero charlar con el público como charlo con amigos, siendo sincera. Y cuando hablan de política, no digo “bueno, me voy porque no le quiero caer mal a nadie”. No, quiero saber qué pensás. Incluso con gente que piensa diferente, yo necesito escucharlos y aprender del otro.
- ¿Usas la crítica política en tu música?
Sofi: No creo que sea necesario hacer música política para hacer algo político. Ni hablar todo el tiempo en las letras de tus canciones para ser alguien político. En otro momento de mi vida, tal vez sí. Me gusta escuchar música con contenido político, pero no lo hago porque a veces siento que no me sale. Sería forzado para mí hacer ese tipo de canciones, pero siempre hay algo político en lo que hago. Por ejemplo, hace poco hice una canción que habla sobre que mi tiempo es mío y sobre cómo es ser artista cuando trabajás. No estoy diciendo: “Che, voten a este”, estoy mostrando mi realidad. Cuando tuve que salir de muy joven a ganarme mi plata, me pegó un poco la depresión de sentir que las cosas eran más difíciles de lo que pensaba. Que no tenía las posibilidades que tal vez tenía otra gente con más suerte. El trabajo es parte de mí, ser trabajador es parte de mí como artista. No compongo durante el día, lo hago cuando llego del trabajo, toda sudada de tomarme el Sarmiento.
Una mujer que tiene tres hijos, que tiene que ordenar la casa y tiene un laburo ¿me decís que no se la banca? Es cierto que trabajar en sonido es muy quemador, pero ¿por qué subestimar a las mujeres con los trabajos técnicos? como que no es capaz. La mujer es capaz de todo como el hombre y creo que hay que seguir abriendo esos espacios.
- Contaste que creciste en una casa llena de mujeres. Hoy estamos en una época donde las chicas son las más populares en el ambiente musical ¿Cómo ves esto? ¿Pensás que le falta algo a este avance de las chicas en el ambiente?
Sofi: Siempre hubo mujeres, pero creo que ahora, particularmente, hay cada vez más mujeres; incluso en la escena under. Yo estoy chocha porque me encanta escuchar a las mujeres, muchas de mis artistas favoritas e inspiraciones son mujeres. Tengo acá la foto de Juana Molina, que la amo. Las mujeres tienen algo diferente en la forma de habitar la música. Es tremendo porque tengo que decir cosas cancelables, pero yo no sé mentir ni fingir. Creo que la mujer sigue llamando la atención cuando tiene un instrumento colgado, hablo del instrumento porque tal vez hay más cantantes. Las cuestiones técnicas por ahí no se veían tanto, no porque no lo hicieran, sino porque es muy difícil mantenerse ahí. Es menos común, ahí está lleno de hombres. Me pasó de estar grabando y ser la única mujer entre 20 tipos, todo el equipo de sonido y los instrumentistas eran hombres. Es incómodo. Pasé por situaciones incómodas donde me preguntan “Y ¿cómo sabés si realmente quieren trabajar con vos y no que te quieren levantar?” o que me digan “Ay, te llaman porque sos mujer”. Creo que sigue siendo llamativa la mujer en este plano por la cantidad de años que hemos estado fuera de los escenarios, porque no nos sentíamos cómodas.
- ¿Te hicieron sentir incomoda trabajando?
Sofi: Una vez trabajé como presentadora en un evento y había una productora de sonido que eran como 10 tipos. Hice el chiste de decir: “Por fin una mujer” cuando llegué. Me dijeron que esto no era para mujeres, que era muy quemador. Me puse a discutir ahí nomás con los tipos. Una mujer que tiene tres hijos, que tiene que ordenar la casa y tiene un laburo; ¿me decís que no se la banca? Es cierto que trabajar en sonido es muy quemador, pero ¿por qué subestimar a las mujeres con los trabajos técnicos? como que no es capaz. La mujer es capaz de todo como el hombre y creo que hay que seguir abriendo esos espacios. No está todo saldado todavía. Hay chicas que se sienten incómodas por la cantidad de tipos que salen escrachados de sus bandas, que son violentos, que hacen comentarios de mierda, que no trabajan de forma prolija. Sigue habiendo más hombres en los festivales siempre. Hay avances, pero creo que hay que seguir trabajando.
- ¿Qué pasó con la poesía?
Sofi: (Risas) Sigo escribiendo, tengo la biblioteca llena de cuadernos. Escribo mucho porque soy una persona excedida de palabras y las tengo que poner en algún lado. Pero creo que ser escritor como tal requiere un trabajo enorme y yo no me siento a la altura de ser escritora. En algún momento quise serlo, pero las cosas de la vida no me permitieron formarme académicamente en eso.
- ¿Tus poemas no pueden ser tus canciones?
Sofi: La verdad que sí, me doy el gusto en ese momento. Quise ser música para darle sonido a mis escritos. La poesía y la literatura están en todo lo que hago. Me siento un poco ladri algunas veces, me gustaría formarme en algún momento en eso.
- Y ¿no te tiembla el pulso para denominarte música o cantautora?
Sofi: Me cuesta llamarme música. Tuve una formación de profe particular, pero porque así me manejo yo. Fui al conservatorio y lo dejé porque estaba estudiando otra cosa. Terminé dejando las dos porque empecé a trabajar como una loca. Me cuesta llamarme música porque soy muy autoexigente. La he pasado muy mal, me han dado mucho miedo los músicos académicos y me sentí muy intimidada por ellos. Escuchar “Esta música es una mierda” o “Este no sabe nada”. Me sentí tan presionada que me cuesta llamarme música, pero es de lo que me alimento y lo que hago todo el tiempo.
Sofi: Me gustaría hacer cosas de las que esté orgullosa, mirar para atrás y decir “Que lindo esto que hice”. También quiero llegarle a la gente, no me da miedo decir que quiero llegar a otros, porque, si no me quedaría encerrada en casa escribiendo para mi mamá y para mí. Yo quiero conectar con la gente. Porque la música es una forma tan fácil de llegar al alma. Si logró conmover a alguien con la música, sería muy feliz. Lo que más quiero es conectar con otras personas. Me gustaría vivir de esto, dedicarme al arte completamente. Quiero hacer un buen producto, no como algo mercantil, sino un buen resultado final. Me interesa aprender todo de la música, quiero sentir que aprendí todo de ella: el sonido, tocar instrumentos, cantar. Quiero compartir con otros artistas y otros músicos, mezclar mi mundo con el de otros.
- ¿Cuál es tu sueño con la música?
El 2025 se viene cargado para Sofi, tiene muchas canciones para sacar con videos incluidos. Verá la luz una canción que la gente está esperando llamada “Verde”, que fue grabada hace un par de años. Además, espera sacar un cover versionado del tema “Cerca de la revolución” de Charly García. Sabiendo que se mete con una de las vacas sagradas del rock nacional, Sofi no tuvo miedo de apropiarse del tema y hacerlo suyo. Ya está armando sus fechas para hacer girar los temas de “Cenar fideos”, pero cuenta que está abierta a propuestas para salir a tocar en vivo. Para el invierno ya espera estar sacando otro EP, asegura que ya tiene los temas y hasta el nombre.
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