El grito en la sangre

“El grito en la sangre” es una joya desatendida del cine argentino que puede verse gratis en streaming. Tragedia, venganza, romance y leyendas populares del campo en lo que fue la vuelta de Guarany y las despedidas de Ulises Dumont y Carmen Vallejos en la pantalla grande.

flyer el grito en la sangre | CnE

Por Federico Ramundo.

Rodada en 2007 en la majestuosa Sierra de las Quijadas y en campos y estancias del sur de la provincia de San Luis, recién en abril de 2014 llegó al circuito comercial para ser exhibida en un puñado de salas. De gran calidad cinematográfica con una historia atrapante; exquisita en cuanto a ambientación, vestuario y fotografía; y con relevantes actuaciones que incluyeron ser el retorno al cine de Horacio Guarany (1925-2017), ser el último rodaje en el que participaron los entrañables actores Ulises Dumont (1937-2008)y Carmen Vallejos (1922-2013), y permitir el despegue en protagónicos de Abel Ayala y Florencia Otero. Sin embargo, el tardío estreno que se demoró casi siete años empujó al film a ser poco difundida al menos en los medios porteños. Si en las provincias tuvo más repercusión con presentaciones en varias provincias con la presencia de Guarany y otros folcloristas invitando a verla y medios haciéndose eco de ello. También podría ser que el estreno de Relatos Salvajes (Damián Szifrón, 2014) haya eclipsado gran parte del cine argentino aquel año. En esta nota intentaremos recuperarla e invitarte a verla.

La vuelta de Guarany al cine

Obligado a exiliarse en diciembre de 1974 tras amenazas de muerte de la Triple A, la promisoria carrera actoral del ganador del Premio Konex de Platino al cantante masculino de folclore más importante de la historia argentina en 1985, se vio detenida. Luego de sus protagónicos en Argentinísima (Fernando Ayala y Héctor Olivera, 1972), Si se calla el cantor (Enrique Dawi, 1973) y La vuelta de Martín Fierro (Enrique Dawi, 1974), Horacio Guarany tuvo que esperar 33 años para volver a ser convocado a la pantalla grande. 

ar la vuelta de martin fierro 1974 l m | CnE
Guarany encarnado al Martín Fierro

En su vuelta al país en la década de 1980, entre giras y su interminable producción de discos (editó 57 en toda su carrera), comenzó a ver la luz su escritura ejercida durante sus años de destierro. Antes de su muerte, el 13 de enero de 2017, publicó siete libros, entre novelas, repertorio y memorias. Justamente tomando como partida su deseo de llevar al cine a Sapucay(1993), su tercera novela publicada (en realidad dicho por Guarany fue la primera que escribió), es que llegó al director Fernando Musa (Villa María, Córdoba, 1967) y terminó decantando para su retorno a la actuación. Ambos, cineasta y folclorista-escritor, trabajaron en la adaptación del guion para llevarlo a la pantalla grande.

El director

Hermanado a Guarany en su destino setentista, Fernando Musa a sus 11 años debió mudarse con su familia a Buenos Aires en 1979, empujados por la persecución de la Dictadura militar. Su padre comenzó a trabajar en un estudio de grabación orientado a la música folclórica y la familia se instaló en a vivir en el altillo del mismo que era propiedad de Luis Landriscina. Allí Musa, cuenta en la entrevista que brindó a La Capital para promocionar la película, tomaría contacto con Atahualpa Yupanqui, el propio Guarany y otros folcloristas que veía pasar rutinariamente por el lugar. Es por esto que al ser contactado por el cantor el director se entusiasmó con realizar la película, la cual definió como “un mandato del destino”.

fernando musa | CnE
El director Fernando Musa

Sin embargo, El grito en la sangre significó un importante desafío para Musa que venía de realizar las comedias dramático-románticas Fuga de cerebros (1998), No sabe, no contesta (2002) y Chiche bombón (2004). “Quería evitar la caricatura”, declaró el director al referirse a la impronta gauchesca del film y destacó la presencia de Guarany en la adaptación y actuando para resolverlo. 

“Esto no se arregla con rezos, esto se arregla a lo macho”

La trama de la película se sitúa en 1952 en un pueblo litoraleño, cuando Cali (Abel Ayala) debe abandonar su pago tras el asesinato a traición de su padre, Calixto (Emilio Bardi). Su abuela (la actriz mapuche Luisa Calcumil) le advierte de la maldición que sobre él había por ser primogénito, el alma de su progenitor no descansaría en paz y lo atormentaría hasta que ajusticie al asesino. Así es que el joven emprende su viaje de venganza, en el que termina herido en una gresca en la que se involucra siguiendo una pista. Desorientado, despierta luego de ser curado por Don Chusco (Horacio Guarany), quien lo adopta como el hijo que no tuvo y le da trabajo en la estancia La Resbalosa. Allí Cali se verá cautivado por la ‘Niña’ Lucía (Florencia Otero), la hija del patrón, Don Clemente (Enrique Liporace) y disputará con El Tape Ledesma (Roberto Vallejos) por el corazón de la joven.

fotograma guarany | CnE
Don Chusco (Horacio Guarany)

Obviamente hay mucha música presente y marca el pulso del desarrollo. Sin caer en el musical, abundan las escenas del folclorista cantando a caballo. Pero no todo es canto gaucho, también hay inclusión de melódico y música clásica con la participación de Otero en el piano. Tanto en este punto como en los próximos que destacaremos, recordaremos a las otras grandes películas del gauchesco fantástico, Juan Moreira (1973) y Nazareno Cruz y el lobo (1975), ambas del genial cineasta Leonardo Favio. El nexo que presentó a Guarany con Musa para la concreción de esta película fue el propio Favio y ésta fue la retribución de ambos haciendo un gran western gauchesco fantástico al estilo de los grandes clásicos mencionados. También vale contar que, en sus primeros pasos en el cine, Musa fue asistente de Favio en la realización de Gatica, el Mono (1993).    

El rol protagónico de Guarany es cuasi omnipresente. Si bien Don Chusco aparece en cámara (gran actuación) bien pasado el primer cuarto del largometraje, hace las veces de narrador desde el principio y nos sitúa en la historia y el andar de Cali. Esto permite que, sin prisa, pero sin pausa, el ritmo del film sea el correcto y se vuelva atrapante su devenir.

Las actuaciones son soberbias prácticamente de parte de todo el elenco. Por supuesto están muy bien y nada más hay para decir de los experimentados y ampliamente reconocidos Ulises Dumont, Carmen Vallejos y Enrique Liporace. Volviendo a Favio, tanto Carmen Vallejos como Calcumil se complementan para emular a La Lechihuana de Nazareno. La labor de Emilio Bardi indica que debería ser más reconocido popularmente.

Yendo a los protagónicos, Abel Ayala encarna el personaje de joven criollo atormentado por el destino a la perfección y Florencia Otero fue un gran acierto y aporta dulzura y calidez a la historia. Roberto Vallejos que, completa el triángulo amoroso, también se destaca con un gran desempeño como antagonista.   

fotograma otero | CnE
La ‘Niña’ Lucía (Florencia Otero) y su padre Don Clemente (Enrique Liporace)

Sobre el vestuario, que estuvo a cargo de Mercedes Uría, basta con comentar que fue la única nominación que obtuvo la película en los Cóndor de Plata del año siguiente. A su vez la ambientación fue correcta y resalta la belleza de la Argentina rural y serrana.

Por su parte sobre el trabajo de Pepe Uría en arte, César Custodio edición/montaje y, especialmente, Jorge Crespo en fotografía fue exquisito. La pantalla es uno de los puntos altos del film. Está muy bien logrado el contraste de la luz del campo durante el trabajo en las horas de sol, como así también la oscuridad en la noche y la poca luz en la pulpería y las habitaciones a iluminadas por velas. También la utilización de las sierras y el impacto visual de la tormenta en ellas.

Es agradable la utilización del sepia y el encuadre típico de ‘una de vaqueros’, gastado en los márgenes y algo quemado en el centro. En gran parte de la película, sentiremos que la visual se trata de la propia a la de un spaghetti western de Sergio Leone o la anteriormente mencionada Nazareno de Favio restauradas, pero en lugar de Clint Eastwood o Juan José Camero, vemos en escena a Guarany, Ayala y Vallejos. Este detalle resulta precioso.

El joven Cali se encuentra en la encrucijada de lealtades donde deberá determinar si concluye el mandato familiar u opta por ahogar su tormento y establecerse definitivamente en La Resbalosa.

Cali y Chusco | CnE
Cali y Don Chusco arriando el ganado

“La Resbalosa fue para Cali un refugio. A medida que nos fuimos alejando, ya no pudo dejar de sentir el grito en su sangre que fue para él un impulso desbocado de venganza”, narra Don Chusco como prólogo al desenlace de la historia.

Calificación: 9/10

Disponible gratuita en CINEARPLAY

Ficha técnica

EL GRITO EN LA SANGRE

Duración: 99 minutos.   

Año: 2014

País: Argentina

Director: Fernando Musa

Guión: Horacio Guarany y Fernando Musa

Género(s): Western. Gauchesco. Drama. Romántico. Fantástico.

Elenco: Abel Ayala, Horacio Guarany, Florencia Otero, Ulises Dumont, Carmen Vallejos, Alberto Benegas, Enrique Liporace, Roberto Vallejos, Luisa Calcumil, Emilio Bardi, Ma. Laura Cali.

Producción: San Luis Cine

Staff: Pepe Uría (Arte), César Custodio (Edición/Montaje), Jorge Crespo (Fotografía), Walder Martínez (Música) y Mercedes Uría (Vestuario)

Nominada al Premio Cóndor de Plata en la categoría Mejor Vestuario

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