Estamos en temporada de Leo. Este momento nos ofrece la oportunidad de renacer desde el corazón, de mirar nuestro ego y responsabilizarnos de nuestras heridas, así como de las que proyectamos en el otro.
“Si hay tanto por saber, tendrías que aprender a escuchar.”
— Colores en el viento, de la película Pocahontas (Disney, 1995)
Puntos clave:
Trígono de aire: Urano en Géminis, Plutón en Acuario y Marte en Libra.
Temporada Leo y Luna llena en Acuario.
Conjunción Júpiter y Venus en Cáncer.
Por Belén Puigbó.
Empecemos por aprender qué es un trígono. Este es un aspecto astrológico donde tres planetas forman un triángulo equilátero en el cielo (aproximadamente 120° entre cada uno). En este caso, hablamos de un trígono de aire, porque Urano está en Géminis, Marte en Libra y Plutón en Acuario: tres signos del elemento aire.
El aire representa lo intelectual, la mente, la agilidad de pensamientos, los vínculos, lo social y lo volátil. Como consejo, es muy importante identificar qué información es confiable y cuál no. Hoy estamos viviendo un caos informativo: nos llueve información por todos lados y estamos siendo atiborrados de contenido. Esto hace que sea complejo discernir qué es real y qué no. Es nuestra tarea tomarnos el tiempo para hacer limpieza.
Sin embargo, el acceso al minuto a minuto no necesariamente es una condena; hay que aprender a usarlo con conciencia.
Estamos en plena temporada Leo. Su astróloga de confianza cumple en esta temporada, así que recuerden saludarme. Más allá de mi cumpleaños, este momento nos ofrece la oportunidad de renacer desde el corazón, de mirar nuestro ego y responsabilizarnos de nuestras heridas, así como de las que proyectamos en el otro.
La Luna llena en Acuario nos permite ver cuestiones ocultas de nuestro inconsciente y nos regala preguntas que nos ayudan a ordenar nuestro lugar en los grupos sociales:
¿Qué grupos estoy sosteniendo?
¿Sigo perteneciendo a estos lugares o me quedo por nostalgia?
¿Estoy siendo auténtico en los lugares donde estoy o me obligo a encajar para pertenecer?
¿Qué me aportan estos grupos?
¿Qué aporto yo?
En resumen, es necesario vincularnos para conocernos. Las personas son reflejos de nuestras partes más luminosas o más oscuras. Yo creo que somos uno, y en el otro me encuentro también. Esto nos da la posibilidad de encarar aquello que amamos o tememos de nosotros mismos.
Para crecer, hay que enfrentarse con valentía a lo incómodo; si no, siempre vamos a seguir operando desde los mismos lugares y no vamos a entender por qué nada cambia.
Si miramos el cielo ahora, el Sol está transitando Leo. Me surge decirles que aprendan a no tomarse todo tan personal. Sí, a veces es el otro, pero en esas situaciones lo mejor es alejarse, cuidarse y no entrar en guerra. Otras veces, somos nosotros quienes entendemos mal o reaccionamos demasiado rápido como para comprender la situación.
Actualmente transitamos la conjunción Júpiter y Venus en Cáncer, dando un atisbo de esperanza en tiempos tan cruentos.
Júpiter: expansivo, benévolo y de buena suerte, regente de Sagitario, el signo más optimista del zodíaco.
Venus: planeta de la belleza, lo estético, el amor y las formas de hacer dinero.
Estos dos planetas potenciándose en un signo de agua nos allanan un camino fértil para la concreción de nuestros sueños y deseos, suavizando el tono de las comunicaciones y facilitando las negociaciones. Aprovechen para tramitar aquello que depende de otro.
Al final del día, como es afuera, es adentro: para sanar nuestro cuerpo y nuestro entorno hay que elegir mejor lo que consumimos, desde comida hasta grupos e información. No tengan miedo de hacer limpieza de espacios: que haya lugar para lo bueno.
Si constantemente hablamos de lo mal que está todo, solo vamos a concentrarnos en eso. Empecemos por actuar desde lo más pequeño: nuestras propias acciones. Aprovechemos el tránsito de Júpiter en Cáncer, que exacerba la nostalgia, para volver a ser más amables y recuperar aquella forma de ser que nos era reconocida: gente cálida y solidaria que sabe recibir a sus hermanos del mundo.
Seré idealista y soñadora, pero no me importa: no dejo de soñar con un mundo mejor, más compasivo, empático y colaborativo.
Un mundo con más consciencia.
Abrazo de estrellas,
Beli
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