Entrevista a “La octava Condena”

Charlamos con Ramiro González y Martín F. Fernández, Vocalista y Guitarrista (respectivamente) de “La octava condena”. Con un regreso después del encierro obligado que nos dejó la pandemia, la banda de metal vuelve con más ganas que nunca y estrenando una nueva formación. Una charla sobre metal, sueños y la voluntad de apostar al arte en un contexto siempre complicado.

Acobachados en el fondo de la fábrica, cuchichean. Están en su descanso, por lo que aprovechan para ultimar los detalles del ensayo de esa tarde. Resulta casi poético que ambos sean metalúrgicos. Que hablen de metal mientras, de fondo, se escucha el ruido del metal de las máquinas. 

Ramiro González, vocalista, habla de los posibles covers que podrían entrar en una futura presentación. Martín Ferreyra Fernández, guitarrista, escucha con un oído a su compañero y con el otro, N.I.B de Black Sabbath. Aún quedan quince minutos de los cuarenta y cinco que le dan para almorzar. Anotan algo cada uno por su cuenta. Martín, en una hoja, escribe los acodes que debe practicar. Ramiro, en su celular, manda mensajes al grupo de la banda con las novedades. 

La octava condena viene girando desde hace más de seis años y lograron consolidarse como banda a fuerza de muchas presentaciones en vivo en lugares icónicos como El Roxy y compartiendo eventos con referentes del género como: Tano Romano, Tren Loco, O´connor, más.

En mayo del 2020, lograron editar un primer EP llamado “Golpe a la realidad” en plena pandemia. Sin embargo, el confinamiento a causa del COVID-19 los fue empujando a un parate que mermó el crecimiento fomentado a base de experiencia en los escenarios. Tanto así que dejaron los ensayos, la creación de canciones e, incluso, sufrieron la partida de algunos integrantes que optaron por nuevos caminos.   

Con la vuelta a la normalidad, la banda regresa al ruedo con nuevos integrantes y las mismas ansias de siempre. Lo que se pensaba como un lento resurgir, terminó siendo un salto a la pileta desde el trampolín. Cerraron el año con dos shows donde, no solo debían desempolvar los temas, sino también, debutar con una formación en pleno armado y que nunca había tocado en vivo.    

• ¿Esto puede tomarse como la vuelta de la octava condena? Porque no se habían despedido formalmente.

Martín: Es más bien retomar o una vuelta simbólica. No hay vuelta porque no nos fuimos, pero tampoco estuvimos presentes como lo hubiésemos querido. Tenemos la meta de retomar con lo que nos gusta y volver al ruedo que teníamos hace unos años. 

Ramiro: Hubo momentos (en especial durante pandemia), en los que parecía que se acababa todo. Luego llego el 2021, y cuando parecía que volvíamos a ensayar y demas, se fueron las bases de la banda, bata y bajo. Así que después de tanta tormenta, el haber encontrado nuevos músicos y congeniar tan bien y rápido se puede tomar como una vuelta. Un nuevo comienzo.  

• ¿Qué fue lo que los mantuvo en este parate? 

Martín: Nos mantuvo unidos el vínculo que tenemos como amigos y las ganas de hacer nueva música. También tocar en lugares y disfrutar con la gente que más queremos. La sensación de que en algún momento nos podíamos volver a subir a un escenario y disfrutar eso nos daba más ganas y más impulso.  

Ramiro: En cuanto a lo que no nos dejaba salir de ese parate. Creo que el hecho de no encontrar integrantes tan rápidamente hizo que estuviésemos fuera de escena. 

• Hicieron un show importante en Circus como teloneros de “Volver al origen”. ¿Se viene próximas fechas?

Ramiro: En mi cabeza no estaba planeado ni el show en Circus ni el de The Other Place. Mi idea era asentar la nueva formación, componer y recién el año que viene salir con todo. Pero las ganas, el buen laburo que se hizo y la convocatoria por parte de la gente de Volver al Origen, hicieron que el debut de la nueva formación sea mucho antes de lo esperado. 

Martín: Vamos a tratar de volver a tocar lo más posible, pero también queremos enfocarnos en la música nueva. Siento que tenemos pendiente dar algo diferente a lo que ya tenemos y venimos tocando hace bastante tiempo. 

• ¿Fue un desafió volver a tocar en vivo después de tanto tiempo?

Ramiro: Claramente sí. Aunque más que un desafío fue, en lo personal, dar una demostración de que se estuvo laburando todo este tiempo. De que pese al parate laaargo, somos una banda que viene a volar la cabeza de la gente. Y por sobre todo sentirme de que estoy a la altura de TODO: de la escena , de la banda , etc.

Martín: Fue un desafío sacarse el óxido de las manos jajaja. El desafío principal era volver con ganas, que todos los chicos (tanto los que estamos como los nuevos) nos sintiéramos cómodos y disfrutáramos lo más posible de esta fecha. Por suerte pudimos sentirnos bien y tener una conexión entre todos. Tanto entre nosotros como con la gente, para que fuera una fecha increíble y que va a quedar en nuestro recuerdo.  

• Tienen un muy buen EP llamado “Golpe a la realidad”, pero ¿Se sienten más afilados que en el momento que sacaron esos temas?

Ramiro: El EP fue grabado hace años. Si bien se sacó en plena pandemia, son canciones que tienen cuatro o hasta incluso cinco años. Les tengo un amor inmenso, pero, en lo personal, es un disco que pretendo “enterrar”. 

Martín: Personalmente me siento más capacitado y “maduro” (pongámosle 20 comillas) que el momento en que se compuso el “Golpe a la Realidad”. Siento que el EP fue una convergencia de todo lo que veíamos tocando y una mezcla de gustos de cada uno de los integrantes, y eso dio vida a algo diferente y a la vez con mucha energía.  

• Incorporaron nuevos integrantes ¿Cómo fue la adaptación de la nueva formación? ¿Qué cambios sienten? 

Ramiro: La inclusión de Ale Minetti (Bata) y Nico Camaño (bajo), fue una bocanada de aire fresco a la banda. No solo porque nos dio el empujón para salir del estancamiento que estábamos, sino porque consigo trajeron muchas ideas y una forma renovada de hacer música. Estamos muy contentos, los temas suenan mejor que nunca y hay mucha química en el grupo. 

Martín:  Tanto los ensayos como las fechas. Tenemos una conexión muy buena en cuanto a música y también humana. Eso hace que todo lo demás fluya. Para mí es importante que esa conexión esté para que todo lo demás siga su rumbo y lo estamos logrando. Siento que los cambios son más bien del enfoque musical y una cuestión más técnica, la cual tenemos que seguir puliendo entre todos para llegar a un puerto mejor.  

• En cuanto a lo nuevo que se puede venir ¿sobre qué quiere hablar y cómo quiere sonar “La octava condena”? 

Ramiro: La idea es superarse, mejorar en cada show. También en las nuevas composiciones. Es muy pronto como para hablar de temática, letras y demás. Pero en cuanto a sonido se pretende ser mejor que “ayer”, y respetando la esencia de LOC, que es, por sobre todas las cosas, la versatilidad en los temas. 

Martín: Es una de las cosas que aún trabajamos. Queremos sonar bien, ser contundentes con la música que queremos hacer, dar una primera impresión buena y que podamos dejar algo nuevo y diferente a la gente que nos escuche. Personalmente me gustaría sonar más pesado, pero ya mis compañeros me joden con eso jajaja. 

• Todos en la banda son laburantes, ¿Cómo es el equilibrio entre la vida obrera, los ensayos, la producción, etc? 

Martín: Intentamos hacer todo de la manera más organizada posible, lo cual no siempre funciona así jajaja. Armamos un calendario para que cada uno ponga sus horarios básicos (sea días de cursada o laburo) y, en torno a eso, se definen los días de ensayo. También días de composición o de alguna charla. A veces es complicado por las diferencias que tiene cada uno con sus horarios, pero solemos laburarlo bastante bien.  

Ramiro: Es muy agotador. Pero, claramente, si no nos gustara lo que hacemos no haríamos una rutina de levantarnos a las cinco de la mañana para regresar a nuestras casas a las doce de la noche. Luego de laburar, estudiar e ir a ensayar. Hay mucho amor en lo que hacemos. 

• El metal ¿sienten que le apunta a ese público que vive lo mismo que ustedes o es para cualquiera? 

Martín: El metal es tan amplio y variado que cubre un espectro muy grande. Es tanto para el que siente que la vida es una mierda como para el que se imagina un mundo de dragones y magos faloperos. Nosotros no apuntamos a un mundo o persona específico, sino a quien se pueda llegar a sentir identificado con una letra, con un riff o un “solo” que le llegue. Si alguien escucha nuestra música y siente algo, por más mínimo que sea, para mí ya dio sus frutos. 

Ramiro: El metal ya no es un género, es un estilo de vida. Es la forma en la cual vivimos las cosas. Yo creo que el metal es para todos, pero no todos son para el metal, he ahí la diferencia. 

• Hay una nueva masividad en el metal masmainstream, se agotan las entradas de shows de Slipknot por ejemplo ¿Esto es moda o hay una valoración genuina por el metal de parte de gente de otros palos?   

Martín: La gente valora mucho la escena mainstream y termina enfocándose en dos o tres temas que suenan en una radio o un video lindo de YouTube. Obvio que sumado a la masividad que generan por su propio esfuerzo. Pero por eso mismo es que, para mí, son tan grandes. No se quedaron con uno o dos temas conocidos. Siguieron tocando y componiendo de su propia esencia, y lograron pegarla tanto.

La gente de otros palos lo que más busca es el show. Bandas como Slipknot hacen que toda la experiencia sea eso mismo, un espectáculo para ver, escuchar y sentir de manera diferente a bandas con menos público o menos ingresos. 

Ramiro: Me parece que por un lado están las bandas de renombre, llámese: Guns and Roses, Kiss, Gojira, Judas Priest o los mismísimos Slipknot. Estos, con solo nombrarlos, agotan entradas, y eso se debe al laburo que han hecho por años. No por nada son referentes para nosotros.

No sé si el metal ha entrado en oídos de Personas de otros palos. Lo que sé es que esto que preguntas tiene una sola culpable, y esa es la pandemia. El efecto pandemia ha hecho que al abrirse todo nuevamente. La gente está desesperada por ver música en vivo, lo vemos todos los findes. Las bandas under convocan más gente de lo que normalmente solían hacer. Eso no es solo por el gran laburo que han hecho durante el resguardo, ya que muchas bandas han hecho la plancha y hoy ya no existen, sino que también es debido al efecto producido por la pandemia. 

• Pero el fan de metal argentino es un poco conservador ¿no? ¿Es reacio a escuchar cosas que sean distintas a lo que era hermética, v8 o similares? 

Martín: Nos encontramos muchas veces con la imagen del metalero argentino que, si no es La H o Almafuerte, no le interesa lo que esté sonando de fondo. Por gusto propio, hemos tocado algún tema de Hermética. Es increíble cómo pasan algunas personas de estar sentados mirando el celular o fumando un cigarro con cara de nada, a saltar por el aire porque escucharon el principio de “Memorias de siglo”. Por suerte, no son la mayoría con la que nos cruzamos, usualmente la gente es muy buena onda y muy abierta de mente con lo que escuchan. Pero nunca faltan de esos.  

Ramiro: Yo creo que esas bandas clásicas del heavy argentino han marcado un antes y un después en nuestra sociedad. Y si bien las escucho al día de hoy, creo que están más abajo en mi lista de reproducción que lo que solían estar cuando me adentre en este mundo. Ellos pusieron los cimientos. Y si bien hay mucha gente que es reacia a solo escuchar lo clásico, también hay un grupo importante de personas que saben que hay nuevo material. Nuevos estilos que, si bien han tomado mucho de lo que es V8, Hermética, Horcas; han sabido utilizarlo para hasta incluso mejorarlo. En los últimos años, el público se ha permitido escuchar nuevas bandas. Muchas de las grandes bandas, como Horcas, son de dar lugar a esos nuevos artistas en muchos de sus show o festivales. 

• ¿Son ambiciosos con su sonido? Martin, por ejemplo, es fan de Yes. ¿Cómo conjugan los diferentes gustos de los integrantes? 

Martín: Creo que la esencia de nuestro sonido viene por ese lado. Los diferentes géneros y estilos que manejamos entre todos hacen que, a la hora de componer, tengamos una variedad y un abanico de posibilidades más grandes de lo usual.  

Ramiro: La principal característica de la banda, sin duda alguna, es la versatilidad de sus temas. Eso se debe a la versatilidad entre sus integrantes. Si bien coincidimos en muchas bandas, también es cierto que diferimos en muchos gustos.

En lo personal mis tres bandas de cabecera, y en las cuales me baso a la hora de componer o plasmar arriba del escenario, son Kiss, Guns and Roses y Metallica. No obstante (gracias a mi viejo) tengo un gran amor por la música de los ´70 y ´80. Artistas tal como The Beatles o Alan Parson Projet entre otros. Eso hace que, a la hora de componer, cada uno plasme su idea sin tapar al otro. Esto da como fruto lo que se puede ver en cada una de nuestras canciones. Creo que más allá de las diferencias, lo que no se negocia es tener un buen sonido. Eso se puede comprobar en cualquiera de nuestros shows. El sonido no es algo negociable. 

• ¿Qué hay en un futuro cercano para la banda y en que sienten que tienen que trabajar para lograrlo? 

Ramiro: Oscar Wilde decía que “La puntualidad es una ladrona del tiempo”. Bueno, siguiendo esa frase, puedo decir que el tiempo es una ladrona de la banda. Se Necesita tiempo para hacer cosas, las cosas buenas se hacen con tiempo. Por otra parte, en este país todo cuesta y la única forma de lograrlo para una banda independiente es tocando y difundiendo su arte. Si me preguntás hoy en día, la planificación para el 2023 es seguir tocando, grabar y componer lo que será el próximo material discográfico. seguir acentuando la nueva formación y, de ser posible, expandir la “ruta” de conciertos. Esa es la idea. Ganas hay de sobra, pero bueno, no todo depende de nosotros y más en este país. 

Martín: Creo que tenemos un futuro muy largo y lleno de laburo por delante. Siempre que seamos fieles a nosotros mismos y mantengamos un grupo unido, la música y lo demás viene. Tenemos que seguir trabajando para poder dar más variedad y más música de la que ya tenemos. También seguir puliendo nuestro show y puesta en escena. Las ganas están, solo queda que el tiempo nos siga dando ese envión para seguir. 

Por Ezequiel Olasagasti

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