La cantante Floxi es la primera artista de nuestra nueva sección “Personajes“. Antes de su próximo show del 21 de diciembre, la cantante se animó a un mano a mano con Crítica donde nos cuenta su camino en la música y como la ayudó para encontrar su verdadero ser.
Por Ezequiel Olasagasti.
Floxi suena en unos auriculares camino a la cafetería. La que llega es Flo, quien se pide un café con leche de almendras en el tazón más grande que tengan. Florencia Puigbo, creció con un padre y hermanos mayores que le inculcaron su amor por el rock. Del lado femenino, recibió la sensibilidad y la magia. Nunca pensó en cantar hasta que un día, jugando, lo hizo por primera vez. “Cantás muy bien”, le dijo su hermana Belén. Florencia nunca se lo terminó de creer, pero el juego le gustó.
Se unió al coro de la iglesia, tomó clases de canto y guitarra. Fue aprendiendo cada vez más sobre música mientras terminaba la secundaria para luego estudiar psicología. Nunca pudo salir de su timidez. Cantaba sí, pero le costaba ser libre en el escenario. Olvidarse de ella y ser otra persona.
Su otra pasión, la psicología, le dio la oportunidad de viajar a Los Angeles. Meca de la música si las hay. Toda su vida vivió en Capital Federal, sin embargo, con ese primer viaje, se plantó en ella el deseo de viajar como una forma de evolución en su interior. Para encontrar la llave que permitiera liberar a esa artista que no terminaba de hallar en el escenario.
Llegó a Madrid, sola, sin una mirada cómplice que la acompañe. Pero, más importante, sin esos ojos que la conozcan y la encasillen. Fue allí que el juego de ser otra en el escenario creció. Cada noche en la capital española fue una rajadura más en su cascarón. Flor sigue aquí, La psicóloga, la trabajadora en relación de dependencia. Sin embargo, ahora también está Floxi. La cantante, la artista, la compositora.
- ¿Cuándo empezaste con la música?
Yo era muy timida y me daba mucha vergüenza cantar. Un día canté y mi hermana Belén me dijo “Che, cantás muy bien”. Bueno, me anote en el coro de misa del colegio. Siempre me gustó mucho la música. Mi papá de muy chica me mostró Los Beatles, Los Rolling Stones. Mis hermanos varones más grandes también, siempre me mostraron mucho rock. A los 17 empecé a estudiar canto y guitarra. Pero me costó mucho poder decir: “Me quiero dedicar a esto”. Fueron muchos años que iba y venía, no me podía llamar a mi mismo artista. Cuando era chica todos mis referentes eran hombres y me costaba verme ahí, como lo que quería ser.
- Pero no dejaste de hacer canciones ¿o sí?
Igual sacaba música, pero me daba vergüenza. Algo como un síndrome del impostor, que uno piensa que todo lo que hace es malísimo. Ponele que en 2019 empecé a mostrar más, pero todo muy tímidamente, con vergüenza. Después me fui a Madrid y ahí me puse mucho las pilas con la música.
- Y acá ¿se te complica con el trabajo y todo?
El trabajo en el showroom me ayuda a organizarme bien. A la mañana hago mis cosas de la música. Tengo una manager que conocí en Madrid con la que nos juntamos dos veces por semana y tenemos reunión para trabajar. Mi cabeza siempre está pensando en la música. Trato de trabajar todos los días un poco. Para mi esa es la clave.
Una vez estaba con mi productor componiendo y no me salía nada. Estaba bloqueada. Le dije que estaba cero inspirada y el me respondió que no me podía guiar solo por la inspiración. Que la inspiración va a llegar en algún momento, pero que si uno labura todos los días un poco iba a llegar más seguido. Todos los días me despierto y escribo sí o sí tres hojas como un diario. Eso lo leí en un libro que se llama “El camino del artista”. Me sirve mucho esto, porque estoy muy en contacto con lo que me pasa y eso me ayuda a componer.
- ¿Cuándo te sentiste artista?
Cuando llegué a Madrid me puse a trabajar de recursos humanos. Y ahí me dije: “No puedo estar atrás de una computadora, yo me tengo que dedicar a lo que me gusta”. Me hizo un click de que había estado muchos años trabajando en sacar temas y hacer canciones. Que eran algo muy mío y que me salía del corazón. Que por qué no lo valoraba y me autoproclamaba artista. A partir de ese click empecé a hacer más shows, a sacar más contenido.
- ¿Tenés como dos personalidades?, ¿en el escenario sos floxy y en la vida sos Florencia?
Claro, en la vida soy Flo. Me pasa algo muy loco, y es que soy otra persona en el escenario. Soy mucho más suelta, Más desenvuelta. Cantar en el escenario me ayudó mucho a superar mi timidez. De chica me escondía detrás de mi mamá. Creo que con el coro de misa fue la primera vez que sentí eso de que esto era para mí. Ni siquiera era muy devota, pero había algo de la emoción de cantar y lo que uno puede transmitir con esto que emociona. Eso me hace conectar y decir “Es por acá”. Si me siento tan plena en ese lugar, definitivamente es lo que tengo que hacer.
- Tu música muy intima, cercana y personal ¿Eso es lo que buscás?
Intento ser auténtica, decir lo que me sale del corazón. Digo lo que siento. Aunque ahora, también, estoy en un proceso de poder escribir fuera de mí. Inventar otras historias. En el disco que estoy haciendo ahora, mi objetivo es ese. Hacer canciones basadas en historias de mis amigas, por ejemplo. Contar lo que viven ellas a través de mí. También me planteo, a veces, por qué siempre hago historias de amor. Pero, al menos, en este nuevo disco la canción de amor la escribí para mis amigas.
- ¿Sobre qué te gustaría escribir que no sea de amor?
No sé, de la vida. Le podés escribir una canción a una planta. Es inventar lo que quieras, te permite jugar. Eso me gusta mucho de la música, me conecta con mi niña interior. Soy muy niña y disfruto mucho jugar, por ejemplo, a ser cool. En el escenario estás jugando. Te están viendo y aplaudiendo por jugar.
- Y te interesa usar tus canciones como crítica hacia lo que no te guste?
Prefiero no criticar, hablar desde el lado amoroso. Tengo una canción que se me ocurrió un día en un taxi mirando los jacarandas. Estaba re en una enroscada con la vida. Pero de repente los árboles me parecieron increíbles y dije: “Hay cosas buenas en la vida”. Escribí esa canción que se llama “Hay”, que habla de que, a veces la cabeza te lleva a cualquier lado pero si te enfocás en las cosas lindas te das cuenta que hay cosas buenas. Según donde enfoques la mirada.
“Me planteo, a veces, por qué siempre hago canciones de amor”
- ¿A España fuiste con la intención de desarrollarte como cantante?
Se dio así. Hace bastante que tenía ganas de ir a probar suerte a otro país. No para nada en especial, yo amo Argentina. Pero dije que antes de los 30 tenía que probar. A los 23 fui a Los Angeles a estudiar música y eso de estar sola allá me encantó. Fui a hacer un master de psicología pero fue también una excusa para que me den la visa. Así me surgió el deseo de, en algún momento, irme más tiempo a otro lado como Europa. Primero dije “¿Qué hice? Estoy acá sola”. Me costó mucho adaptarme, es difícil estar sin tu familia y tus amigos. Pero me dio la oportunidad de ser la persona que siempre quise ser porque estaba fuera de la mirada de la gente que me conocía. Como en España estaba sola, pude construir mi propio personaje.
- ¿Cómo espezaste a cantar allá si no conocias a nadie?
Empecé a ir a los jams. En uno que me subí a cantar y ahí conocí a mi manager. Ya éramos amigas, nos habíamos conocido ahí. Pero, cuando ella me escucha cantar en el jam, es ahí que me pide ser mi manager. Ahí todo se empezó a dar. Empecé a hacer shows y componer temas allá. Produje dos temas en Madrid. Uno de ellos es “Nos Fuimos”. Mostré mucho más mis cosas e hice muchos shows en vivo que me liberó un montón.
- ¿Te gustaría volver a irte del país?
Por ahora no. De hecho, vine pensando que me volvía (a España), llegué y me di cuenta que me quiero quedar porque me encanta Buenos Aires. Siento que a Madrid me fui a buscar algo que ya encontré. Esto de salir del cascarón. Siento que ahora es el momento de desarrollarlo.
- ¿Te sentís identificada con la música argentina?
Si me decís, por ejemplo, trap. Y, no me siento muy identificada. Pero yo escucho todo tipo de música, me gusta todo. Hay cosas muy lindas que están saliendo en el país. Y por eso volví también. Siento que en Argentina, el arte siempre está. Y cuando peor estamos es como que salen un montón de cosas muy locas.
- Bueno Lali, Emilia, María Becerra. Acá las artistas mujeres la están rompiendo ¿Argentina es un buen lugar para la música de las mujeres?
La estamos rompiendo y me encanta. Como te decía, yo crecí viendo un montón de artistas hombres y ahora ver que, de repente, las más famosas son las mujeres me parece hermoso. A mi papá le gustaba mucho Aretha Frankling y yo me hice muy fan de Whitney Houston, quería ser como ella. Me encanta el RyB y el soul. Me encanta Amy, Erykah Badu. Fue en este género donde encontré a mis referentes mujeres.
- Pero ¿sentiste algún tipo de machismo en la industria?
Sí. Me pasa que, o siento, que me ha hablado gente que yo consideraba que me convenía para trabajar. Me decía que le encantaba lo que hacía y que teníamos que producir algo, y después todo era para invitarme a salir. Me ha pasado varias veces y en todos lados. Acá y afuera.
“Yo crecí viendo a un montón de artistas hombres, y ver que ahora las más famosas son las mujeres me parece hermoso”
- ¿Estudiaste Tarot y astrología? ¿Cómo se complementa esto en tu música?
Sí, estudié. Mi familia es medio “bruji”. Mi mamá, mi hermana. Más allá de lo mágico, me gusta lo de los patrones. Siento que me dio muchas herramientas. La tapa de mi EP es una carta de tarot. Me influye y está en mi vida cotidiana. Me pasa algo loco con lo que compongo, tal vez estoy loca, pero a veces escribo algo y después me pasa. Cuando hago una letra no estoy pensando, pero después veo que son cosas que estaban en el inconciente.
- ¿Cosas que tenías guardadas?
Por ejemplo, en un momento estaba en una relación que estaba chocha y no veía nada de lo malo. Pero empecé a escribir este tema un día en mi casa y quedó. Después corto la relación, yo con el corazón rotísimo. Le digo a mi productor que tenía un tema. Cuando lo escuché, me di cuenta que era todo lo que me estaba pasando en ese momento de la relación, pero yo en ese entonces no vi nada de lo que decía el tema. Hay algo de la Asociación libre. Tirar palabras al azar y después tiene sentido.
- ¿Las mejores canciones nacen de la tristeza?
Mi tesis de mi facultad trata sobre si hay tendencias depresivas en los artistas musicales. Una de las preguntas era: si pensaban que las mejores canciones salían mejor cuando estaban tristes. El resultado de la tesis dijo que no. Que la gente que se toma la música en serio, y no como un hobbie, era más feliz.
- Eso dice la tesis ¿vos lo creés?
No sé. Yo escribo canciones cuando estoy feliz. Pero quizás cuando estás triste te sale toda la pasión. En el momento que escribo, tiro palabras y después lo asoció. Tal vez fue de un momento cuando estuviste triste.
- Como artista ¿tratás de diferenciarte?
No, soy esto que soy. No me esfuerzo. Pero en los shows juego con la ropa y los maquillajes. Eso me divierte. Es como un alter ego pero mío, no lo copio. Siempre va a haber alguien a quien no le gustes. Trato de no enroscarme. Está bueno cambiar, hoy me gusta hacer RyB y mañana tengo ganas de hacer, no sé, cumbia. La vida es una sola.
- ¿Pensás en el futuro?
No me lo pregunto ahora, sino me enrosco. Intento estar mucho en el presente. Proyectos obviamente hay: más discos, más shows. Ojala que se dé. El país me preocupa, pero yo confió mucho en la vida y en mí. Intento pensar así. Hacer música es muy caro y yo me banco sola, pero confió que en mi vida todo eso va a salir bien.
Ping Pong
— Una fragancia.
Los jazmines.
— Comida favorita.
Arroz con manteca.
— Una canción.
Cool cats de Queen.
— Un hobbie.
Bailar.
— Una película.
Kill Bill.
— Alguien que admires.
A mi mamá y a mi papá.
— Algo que odies.
Despertarme temprano.
— Una virtud.
Transparente.
— Un defecto.
Criticona.
— Algo que todos deberían hacer, al menos, una vez en la vida.
Subirse a un escenario.