“Nocturnal Animals” llegó hace poco al streming a través de HBO MAX. Es la segunda película del director Tom Ford. Este pone al actor Jacke Gyllenhaal en un papel oscuro, totalmente opuesto al colorido y luminoso Ken de la película de “Barbie”.
Por Lucas Drago.
“Nocturnal Animals” de Tom Ford genera emociones encontradas, combinando elementos de “The Neon Demon” y “Hell or High Water”. Antes de profundizar, es importante mencionar que la película aborda temas sensibles como el abuso sexual y presenta escenas de desnudos.
En cuanto a la trama, Susan Morrow (Amy Adams), una artista famosa que padece insomnio, ve su pasado resurgir cuando recibe una novela escrita por su exmarido (Jake Gyllenhaal). Al sumergirse en la lectura, Susan percibe en la obra un intento de venganza por las acciones del pasado.
Desde el principio, la película parece carecer de sustancia, destacando una secuencia que intenta dar un propósito al mostrar personas obesas desnudas, pero que finalmente resulta carente de significado, dando la sensación de un espectáculo de fenómenos y dejando un sabor amargo.
Irónicamente, los créditos iniciales se destacan como la parte más memorable de la película. Sin embargo, el desarrollo de la trama carece de un impacto crítico, y aunque intenta explorar la vida aburrida y sin gracia de la protagonista, la narrativa se percibe como vacía y sin un desenlace claro.
Es decepcionante que las expectativas para “Nocturnal Animals” fueran más altas. A pesar de la experiencia previa de Tom Ford como artista comercial, esta obra parece apartarse de su estilo al buscar algo diferente. La falta de profundidad en la trama y la inconsistencia en la venganza prolongada dejan una sensación de oportunidad perdida.
A pesar de ello, la película resulta entretenida, en su intento de reflejar la vida de la pareja en la novela que la protagonista lee y viceversa, ofrece momentos divertidos. Se recomienda verla en un domingo por la tarde. Queda la impresión de que Tom Ford, en su búsqueda de crear su propio arte y distanciarse de lo que considera plástico, termina realizando una adaptación de un libro en lugar de concebir su propia historia con una inspiración auténtica (“Tony and Susan”, libro del que se basa la película).
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