[Personajes] Seba Dubar: “Cuando volví de Europa me dije: “No quiero saber más nada con el fútbol”. Después de la pandemia dije chau”

Sebastián Dubarbier es el nombre que figuraba en cada una de sus camisetas cuando salía a jugar. Hoy, cambió los botines a la guitarra eléctrica. En una nueva charla de “Personajes” Seba Dubar nos cuenta un poco sobre sus pasiones.

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Por Ezequiel Olasagasti.

En la vida de Seba Dubar hubu dos luces brillantes que (solo podemos imaginar) lo llenaron de ansiedad y felicidad en partes iguales. La primera fue la luz del sol al final del túnel que desembocaba en el campo de juego. El sonido ensordecedor del las tribunas del club Gimnasia de la Plata le daba la bienvenida a la primera división del fútbol argentino cuando apenas rondaba los veinte años. Una carrera que lo llevó por todo el país y Europa, donde enfrentó a Messi y a Cristiano Ronaldo cuando defendía los colores del Athletic de Bilbao y del Almería (entre tantos otros clubes del viejo continente).

Hoy, alejado de los gritos que vienen del alambrado del otro lado de la línea de cal, a Seba lo espera otra luz. La luz del escenario. Ahora, el ruido ensordecedor viene de los acoples de los parlantes cuando preparan el sonido para el show. Del otro lado, El público que corea sus temas. Esos que se fueron gestando en las concentraciones, en los post entrenamientos o en los días previos a disputar una nueva fase de la Champions League. El fútbol y la música, esas pasiones que no podemos evitar unir, son sus grandes amores de la vida. Los botines están colgados. La guitarra también, pero del hombro, lista para tocar un buen rock and roll.

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Cuando me fui a jugar a Bahía Blanca, me compré mi primera guitarra y, a partir de ahí, no paré más. Creo que la toqué todos los días. Es un cable a tierra.

Seba Dubar

— El amor por la música estuvo en vos desde chico, al igual que el amor por el fútbol ¿Cómo fue que te llegaron ambas y por qué creés que primero te inclinaste al lado deportivo?

Yo creo que fue un tema de personalidad. Cuando era chico me encantaba jugar al fútbol, estaba todo el día jugando a la pelota. Vivía en frente de una plaza y ahí, en La Plata, hacíamos los muñecos y estábamos hasta las cuatro de la mañana. En esa época necesitabas descargar energía y lo hacía más corriendo y con una pelota en el pie que con una guitarra en la mano. Eso me costaba mucho. Con el tiempo el fútbol llegó. Me fui a probar con 17 años, la verdad no era algo que tenía en mente, ser jugador profesional. Por suerte se me dio bastante rápido. Con 17 pude llegar a Gimnasia de la Plata y a los dos años llegué a primera. A su vez, siempre me encantó la música e ir a recitales. Con el rock nacional arranque con Fito Páez, con El amor después del amor.

— Y ¿con qué seguiste?

A partir de ahí, siempre escuché rock nacional. Muy fanático de Fito. Y cuando ya fui adolescente, todas las bandas como: Guasones, Las pastillas, Los redondos. Toda esa camada, en mi época, se escuchaba mucho.

— ¿Tenías una influencia musical en casa? ¿Había una guitarra dando vueltas o fuiste solo a buscar todo esto?

Cuando me fui a jugar a Bahía Blanca, me compré mi primera guitarra y, a partir de ahí, no paré más. Creo que la toqué todos los días. Es un cable a tierra. Me sirvió muchísimo cuando empecé a jugar profesionalmente y fue lo que me llevó a estar como estoy hoy.

— ¿Tocás otros instrumentos además de la guitarra?

Paras las maquetas toqué el bajo, un poco de batería. Un poco de todo, pero lo principal es la guitarra. Igual lo que más me gusta es escribir. Escribir canciones me encanta. Por eso siento que me perfecciono más en eso que en ser el mejor violero o el más virtuoso.

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Arranque con todo estos dos primeros años. Saqué dos discos. Lo pensé así para poder tener bastante material en las redes, en Spotify y para poder hacer presentaciones y shows.

Seba Dubar

— No es tan común que los futbolistas que se retiran se alejen mucho de de ese mundo. Obvio, hay casos. Pero se ve más que sigan como DT, manager, periodista deportivo, etc. ¿Cómo fue que vos decidiste cortar con ese mundo e inclinarte por la música?

Se dio natural. Cuando tenía 20 años y estaba en primera, sabía que no me iba a dedicar al fútbol después de terminar la carrera. Me gusta jugar al fútbol, pero no me gusta mirarlo. Tampoco hacer nada de lo que lo rodea: ni representante, ni técnico, ni nada. Eso lo tenía clarísimo desde el principio. Me gustó siempre la música, se dio natural. Agarré la guitarra y empecé a componer con 24 o 25 años. Tuve amigos que se dedicaban a la música que me dieron unos empujones de decirme “Por qué no te ponés a escribir o por qué no te ponés a hacer esto”. Después de seis años de tocar, escribir canciones, componer; te llega ese momento de seguridad y de querer mostrar lo que estás haciendo. Ahí me di cuenta de que, cuando terminara, me iba a dedicar a esto.

Mientras eras jugador ¿Había un tiempo para practicar con la música? Tal vez, uno tiene la idea que están entrenando o jugando todo el día.

— Decís que durante mucho tiempo fuiste escribiendo y componiendo tus canciones ¿Cuál fue el momento en que decidiste que estaba listo para hacerse un disco?

Cuando estaba acá en estudiantes de la plata y ya tenía 30 años decía: “Esto lo tengo que sacar”. Pero yo ya grababa mis maquetas, hacía grabaciones con Pepe Mañas, un amigo de España. Y cuando vengo a Estudiantes ya salían las canciones que grababa. Pero me daba cuenta que me faltaba mucho por mejorar. Fue pasando el tiempo, tenía más canciones y, cuando me fui a La Coruña y volví me dije: “No quiero saber más nada con el fútbol”. Se me fue la chispa de la competición, no tenía más ganas de concentrar. Nunca me gustó concertar igual. Después de la pandemia dije chau. Me puse a grabar y le mandé todas las maquetas al productor, Fede Pesci, que es el violero de la banda. Y ahí arrancamos.

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Como jugador, Sebastián Dubarbier vistió las camisetas de: Gimnasia de La Plata, Olimpo de Bahía Blanca, CFR Cluj (Rumania), Sivasspor (Turquía), Lorient (Francia), Athletic de Bilbao y Almería (España), Eskişehirspor (Turquía), Estudiantes de La Plata, Deportivo la Coruña (España), Banfield.

— Hablabas de los amigos que te apoyaron en esta decisión. Que te decían que te animes, que escribas, que compongas ¿Amigos de siempre de la vida o amigos del fútbol?

No, no. Un amigo especial: Pepe Mañas. Con él y su mujer tuvimos una relación en España de mucha amistad. Sigue, claro. Nosotros vamos allá ellos vienen. Él me decía que me tenía que poner a escribir. A mí me gustaba tocar covers de “Las pastillas”, de “Guasones”, de Sabina. De todo. Y ahí empecé a escribir.

— ¿Qué te dio más miedo: el día que debutaste en primera o el día que te subiste a tocar para un público?

Yo creo que el día que debuté en primera. Fue interesante. Ya venís con un poquito de experiencia en reserva con gente y demás, pero no es lo mismo. Ya te está mirando una ciudad entera cuando parás la pelotita. Y que no se te vaya a escapar debajo del pie viste. Es una responsabilidad grande porque la gente se toma muy en serio el fútbol. Es muy fanática. Tenés que rendir y estar al 100%. Y la música es algo que uno hace por placer. Es arte, es otra historia. Es algo que uno quiere comunicar, la gente que te va a ver va relajada, va a disfrutar. Yo creo que es diferente.

— ¿No te da miedo la crítica? ¿Errarle a una nota, desafinar?

La verdad, con las críticas que tuve en el fútbol (risas). Igual, te digo, estaba confiado con la banda. Suena tremenda y yo estaba preparado para hacerlo bien. Yo estoy confiado en cantar y tocar, estoy entrenado desde hace muchos años. Entonces, estaba súper confiado. Obviamente, siempre hay que mejorar. Yo busco siempre mejorar en todos los aspectos: como estoy arriba del escenario, como moverme, cantar. Siempre se mejora en todo. Pero después de tantos años yo me siento confiado para subirme a un escenario, rendir y hacerlo bien.

— Cuando hablás de moverte en el escenario ¿tenés algún referente que mires?

Me gusta mucho Facu Soto, lo dije en muchas notas. Es un frontman tremendo. Se mueve bien, tiene muchos años de música y lo vi desde que era adolescente.

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Ahora, obviamente, está relegado por otros estilos, pero para mí no está muerto. Nunca va a morir el rock nacional.

Seba Dubar

— Es fea la pregunta que te voy a hacer porque entiendo que el artista no le gusta encasillarse, pero ¿cómo definirías tu música?

Es rock and roll. Pero, siempre me gustaron mucho las baladas también. En este segundo disco metí algunas baladitas. Pero es rock and roll puro y bien nacional. Cantando y contando lo que uno siente, lo que uno ve. Su vida.

— Estuviste en Europa muchos años, ¿influyó eso a tu música?, ¿tomaste cosas de ahí?

Mi música es muy argenta, pero también española. Viví mucho ahí, y su rock me encantó. Iba mucho a ver bandas. El rock nacional y el español como que van de la mano ¿no? Fito y fitipaldis, Leiva… hay muchas bandas. Tal vez no tanto la música, sino que son las vivencias lo que me hacen escribir. Todas las vivencias que tuve allá, la experiencia.

— Y ¿cómo vez la movida musical Argentina y la música nacional?

Es otro estilo, que está bien arriba. Con el trap, los influencers. Está bueno, es súper respetable. Hay un montón de cosas muy buenas y otras no tanto como pasa con el rock también. Está bueno fusionar. Yo no soy mucho de eso, hago rock rock. Pero la verdad que hay un montón de artistas tremendos que hacen letras increíbles.

— Hace poco, un influencer hablaba de que el rock nacional estaba muerto y que había que volver a ponerlo bien arriba como en los ochenta o los noventa ¿Qué pensás de eso? ¿cómo ves al rock nacional de hoy?

Ahora, obviamente, está relegado por otros estilos, pero para mí no está muerto. Nunca va a morir el rock nacional. Veo en las escuelas, a través de mis hijos que tienen diez y doce años, que los hacen escuchar música de antes. Rock de antes, clásicos. Eso está buenísimo para que los chicos también aprendan de lo que fue la historia del rock, cómo se comunicaba con este y que no todo es como con las canciones de ahora que hablan siempre de lo mismo. Salvo el trap, Wos tiene unas letras increíbles. Pero, bueno, hay de todo.

— ¿Es difícil hacer música en Argentina?

Es complicado, es complicado. Tengo la posibilidad de invertir en esto, de meterme, hacer las cosas lo mejor posible y llegar a la mayor cantidad de gente. Tenés que tener un equipo de laburo atrás que te ayude. Por ejemplo, las redes son fundamentales. Hoy, si no sabés manejar las redes. Bueno yo (risas) a mí me costaría muchísimo. Tenés que tener a alguien que te ayude con el contenido. El manager obvio. Que te lleve a tocar, que te acompañe en tu carrera. Solo, no conocés a nadie, no tenés los contactos. No sabés para dónde disparar. Ahora estoy con Carlos Ravignani, que arrancamos hace dos o tres meses. Venía tocando en lugares que me encantaban por la experiencia pero que decís “mmm… no sé”. Espero que este año se vengan muchas fechas, quiero tocar por el interior también. Llevar el material a donde más se pueda.

— Claro, sino tenés que ser como un pulpo haciendo todo. Te saca tiempo de componer y tocar ¿no?

Y es imposible si no. Primero hay que saber y uno no puede saber todo. Por eso está bueno darle el trabajo al que sabe y que te dé una mano.

– En este segundo disco, “Descontrol”, trabajaste con dos grandes productores: Matías sorokin y Álvaro Villagra ¿Cómo fue la experiencia de trabajar con ellos?

Impresionante. El primer disco también me encantó. Lo hicimos en pandemia con Fede, fue un resultado enorme. Después pudimos grabar las bases en Mirífico, que está en La Plata. Ahí ensaya muchas veces guasones. Ahí conozco a Mati Sorokin, el dueño es Facu Elizondo, el batero de mi banda. Terminamos el primer disco ahí y conozco a Mati y me dijeron que estaría bueno que el próximo disco se hiciera con la producción de Mati. Nos contactamos y empezamos a trabajar. Cuando estábamos medio terminando me trae la opción de incluirlo a Álvaro Villagra. Hablo con Álvaro y la verdad me dio una mano enorme. Un gran tipo y súper abierto. Fue un laburo increíble y un aprendizaje enorme.

— El disco salió en dos partes y me llamó la atención que, en esa segunda parte ,hay un bonus track que salió por un hecho particular ¿Nos contás que pasó?

Habíamos hecho el disco ya, así que me voy de vacaciones. Fue justo después del mundial. Y bueno, en esos momentos que te ponés a escribir dije “Y, vamos a hacer algo”. Así salió el tema dedicado a Messi. Después caí que es un tema pidiéndole a Lio que siga más que nada. Me encantó la canción, la potencia que tiene. Es bien rock and roll. Hicimos la producción en dos patadas, lo mezcló álvaro y lo metimos en el disco.

— ¿Tuviste alguna devoluvión de los chicos de la selección?

A la gente le gustó, no se si le llegó a Messi todavía (risas).

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Seba pasó de marcar a Messi en sus épocas en La Liga Española, a componerle un tema y dedicárselo arriba de los escenarios

— Maradona en la música nacional es un tema inacabable por todo lo que significa ¿Creés que ahora se vienen las canciones de Messi?

Yo creo que sí. Por Ahí, Lio no tiene tanta repercusión en la vida o en los dichos. Es un tipo más cerrado y que habla haciendo en la cancha. Tiene mucha humildad. Pero creo que, a la larga, van a terminar saliendo un millón de temas de Lio.

— En los show o en las redes, ¿Hay gente que todavía te comenta temas futboleros?

Sí, siempre.

— Y ¿renegás de eso?

No, no. Mi pasado me encantó. Lo viví a pleno. Estuve once años en Europa, tuve la posibilidad de jugar en las grandes ligas, jugué Champions, Europa League, Libertadores, Sudamericana. No me puedo quejar. Cada vez que me hablan de fútbol me encanta. Es algo que lo viví muy feliz.

— ¿Qué te dejó el fútbol para tus canciones?

Metafóricamente, me dejó eso de poder hablar de despedirse de algo. Abril puertas y conocer otras cosas. Escapar del personaje del fútbol y entrar en otro personaje. Lo uso mucho para las canciones. Parece que no, pero cuando parece que estoy hablando de otra cosa, en realidad estoy hablando de las cosas que viví con el fútbol.

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No me preocupa (que me quieran encasillar). Intento evitarlo obviamente. En cuanto a lo político, está muy susceptible todo.

Seba Dubar

— Pienso en el tema “Misión suicida” que tocaste para los veteranos de Malvinas y también en el tema “Tantas mentiras” de este segundo disco ¿Hay injusticias a las que vos les querés gritar a través de tus temas?

Tantas mentiras Habla de la religión. Yo con las religiones no me llevo para nada. Que uno se aferre a algo está buenísimo, creer en lo que quieras. Podés creer en el sol, la luna, en la naturaleza, en Dios, en las energías. Siempre siendo buena persona. Los tipos religiosos te dicen “no, si alguien asesinó a diez personas, pero es testigo Dios lo perdona” y a mí no. Yo me porté espectacular, pero como no creo en eso, no voy. Entonces le digo “Entonces Dios es un hijo de puta” (risas). Esas cosas te hacen decir “No te pueden comer la cabeza tanto”. En ese sentido me da bronca. Pero, bueno, la gente lo necesita y es súper respetable.

— Y Misión suicida ¿cómo surge?

Misión suicida surgió en el año. Salió rápido. Se hacía este evento de los veteranos de Malvinas. Hice el tema y dije “Vamos a producirlo”. Hicimos la producción con Fede y los chicos de la banda en Mirifico y salió como single.

— ¿Te preocupa que te puedan encasillar políticamente? La gente automáticamente te pone de un lado de la grieta por cualquier cosa.

No me preocupa. Intento evitarlo obviamente. En cuanto a lo político, está muy susceptible todo. La situación del país es tremenda, está difícil para todos. Intento no hablar y no decir lo que pienso.

— Por ahí es muy rebuscado y hasta un poco tonto, pero escuchaba tu tema “El león”, Que si uno lo escucha se da cuenta enseguida que habla de Estudiantes de la Plata. Pero ¿y si lo toman para un slogan político o una campaña? Viste que el tema de la renga quedó como muy pegado.

No hay problema, si igualmente yo no lo escribí para eso. Uno lo escribe para una situación y la música está para eso: para compartirla, para que la usen, para escucharla y para interpretarla como quieran.

— ¿Qué se viene ahora para vos?

Como te dije, este año yo quiero tocar. Quiero salir a tocar lo que más pueda. Que vean lo que hago, el show, la música y cómo toca la banda. La verdad sonamos muy bien, los chicos tocan muy bien (risas). Queremos tocar, tocar y tocar. Poder rutear y todo eso.

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